Las historias sobre su producción siguen fascinando más de 20 años después de su estreno en el Festival de Cine de Sundance.
El Proyecto de la Bruja de Blair es una de esas pelÃculas de las que no podemos escapar. Su impacto y la forma en que impulsó y definió el género del found footage (metraje encontrado) continúa fascinando a muchos, sobre todo, porque no podrá ser replicado.
Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams interpretaron a un grupo de cineastas que se pierden en el bosque, dejando atrás una serie de grabaciones que documentan sus últimos dÃas y su desaparición.
El mercadeo de la pelÃcula se concentró en hacer creer a la audiencia la veracidad de la situación de una forma tan extrema que pedÃan a los asistentes contactar a las autoridades si tenÃan información sobre el caso mientras repartÃan volantes de "persona desaparecida" con las fotos de los actores.
Durante años sus creadores no hablaron abiertamente sobre la producción y sus protagonistas permanecieron prácticamente ocultos para mantener la ilusión. No les fue permitido asistir a la premiere en el Festival de Cine de Sundance ni a ningún evento relacionado con el film. Siendo su primera pelÃcula y el nacimiento de un fenómeno cultural, se perdieron de toda la diversión.
Muchas historias sobre su producción se han revelado a través de los años, una de ellas es que, contrario a lo que se ve en pantalla, no todo fueron noches incómodas sin dormir. Según revelaron los actores en el podcast Playback de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, una de esas noches involucró chocolate caliente y una cómoda cama de hotel.
La producción funcionó de esta manera: los actores se grabarÃan ellos mismos y los directores los seguirÃan de cerca para dejarles notas sobre las escenas que se les fueran ocurriendo en el camino.
No habÃa un guión.
Teniendo en cuenta que las condiciones de filmación serÃan extremas, los actores estaban equipados con un radio y un GPS que tenÃa programadas diferentes rutas de escape. Además, acordaron dos palabras claves: taco, por si alguno necesitaba salir de personaje y bulldozer, que significaba alto total a la producción.
Una tormenta los azotó en el 3er dÃa de producción y la tienda de campaña donde iban a dormir se convirtió en una maraña de lodo y agua. Sin poder grabar y sin refugio, el trÃo tomó la decisión de que era el momento de apagar e irse y dejar la experiencia como una historia para contar en las fiestas familiares. Asà que llamaron por el radio.
Bulldozer.
Nada.
Intentaron de nuevo. Bulldozer.
Nada.
Pensando que los habÃan dejado abandonados, siguieron la ruta de escape guardada en el GPS y llegaron a una casa en donde explicaron quiénes eran y qué hacÃan mientras disfrutaban de una taza de chocolate.
Los directores se habÃan retrasado tanto por la lluvia que perdieron el rango de comunicación con los actores. Cuando por fin lograron comunicarse, el trÃo ya estaba registrado en un hotel.
Sin estar dispuestos a abandonar el proyecto, los directores decidieron que si los actores no se bañaban ni limpiaban, la producción podÃa seguir. Nadie tenÃa por qué sospechar.
Y en efecto, no sospechamos.
Nos pasamos todo1999 creyendo que lo que vimos fue real.